Rastros perdidos – José Luis Nieto
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En Rastros perdidos José Luis Nieto nos presenta la posibilidad de una salvación emocional que, vital e intelectual, se propone a través de la misma escritura; La redención, suponiendo que ésta sea posible sin propósito de enmienda, nos llega una vez más a través de la palabra. De esa palabra cuyo impulso esperanzado traduce la inevitable percepción amarga de todo lo que representa la naturaleza humana. De lo que queda en la hondura de esa misma percepción; para el poeta es preciso exorcizar el mal de ser a través de la escritura porque al fin y al cabo, como decía Rilke y sabe muy bien José Luis Nieto, «Sólo son malas y peligrosas aquellas tristezas que se llevan entre la multitud para que ésta las oculte.» La poesía de Jose Luis Nieto Aranda es ante todo veraz e introspectiva, pero también, como dijo William Blake deja al azar las puertas abiertas de la percepción… (En realidad la cita literal es “ Si las puertas de la percepción se depurasen todo aparecería ante el hombre tal cual es, infinito”: If the doors of perception were cleansed, everything would appear to man as it is: infinite.) Claramente deudora de Angel González y de Jaime Gil de Biedma, la obra de Nieto Aranda recoge asimismo influencias tan dispares como la poesía de Luis Cernuda o la de Ernesto Cardenal… pero que nutre y puebla con voz propia otros parajes y otros ámbitos del abandono más íntimo, de la ruptura amorosa que ya no nos desgarra como al principio solía pero que imprime una cicatriz indeleble en el alma peregrina del autor. La señal de que toda certeza no es más que un espejismo cuando no una falacia absoluta. (Fragmento de la presentación de Rastros perdidos a cargo de Federico Leal )