Poderoso en su infinita vulnerabilidad, Ovejas esquiladas que temblaban de frío es arte blindado.
Epígrafes monstruosos que lo devoran todo; imágenes devastadoras en su belleza, rota por encabalgamientos brutales; latigazos en la espalda del mundo. Nadie puede leer esto y dudar de que la poesía es el mejor invento después del oxígeno. Ni uno solo de sus versos procede de la corrupción del lenguaje o de la mente. Es opresivo, negro, literatura que traga. Y, sin embargo, rezuma luz, no tiene doble fondo, vomita verdades. Para esto necesitamos la poesía: para mostrar la herida.
AINHOA SÁENZ DE ZAITEGUI |(El Cultural, 15/07/2011)
Estos versos desnudan el mundo, hieren como una bofetada, dicen verdades como piedras. Y están poblados de un inmenso desamparo. Un temblor como de oveja o niño abandonado que se diría nada puede calmar.
ANTONIO CRESPO MASSIEU ( Viento Sur, número 114, enero de 2011)
Poemas que ejercitan un músculo que poco a poco se nos ha ido atrofiando: el de la indignación. Poemas de tal humanidad que, por falta de costumbre, parece casi sobrehumana.
ANA PÉREZ CAÑAMARES (Youkali nº 10)